Si estás leyendo esto es porque probablemente hay algo que no salió como esperabas. Pero no te preocupes, es más normal de lo que crees.
Muchas veces tenemos el deseo de implementar nuevos hábitos para tener una mejor calidad de vida. Comer bien, mantenerse hidratados, descansar, hacer actividad física, cumplir con el trabajo y/o estudiar, tener tiempo para uno y para compartir con los demás. Son muchas cosas ¿verdad?
Poder, se puede. La clave está en organizarnos, ser flexibles y bajar la auto-exigencia. Ningún día es igual a otro y son muchos los factores que influyen en el desarrollo de nuestras actividades diarias.
Guía básica para cuando no logramos alcanzar las expectativas que depositamos en nosotros mismos:
- RECONOCER. ¿Qué es lo que me está haciendo sentir esta frustración? Ejemplo: No pude hacer las x clases que quería este mes.
- ACEPTAR. Desde el momento presente hacia atrás no podemos modificar lo que se hizo, tenemos la oportunidad de hacerlo a partir de ahora.
- ORGANIZAR. Darle la misma importancia a los objetivos personales que a las demandas de lo que ya tenemos preestablecido. Fijar horarios y respetar los tiempos que son para uno. No dejarnos siempre para lo último.
- SER FLEXIBLE. Entender que nuestro entorno y nuestra energía no son siempre de la misma manera. Si ibas a entrenar una hora pero te surge un compromiso inamovible hace una clase más corta y si el caso lo amerita, te organizas para hacer en otro momento.
- OBSERVAR. Si es un ciclo que se repite una y otra vez fijate que es lo que te está impidiendo concretarlo, anticipate a eso y planifica una nueva estrategia.
- COMPARTIR. Expresate, comunica lo que estas sintiendo. Seguramente alguien esté viviendo o haya vivido lo mismo y pueda aconsejarte/acompañarte.
Cada proceso es individual y único, se amable con vos mismo, la paciencia juega un rol crucial en todos los procesos que atravesemos. No subestimes tu capacidad de cambio. Vos podes hacerlo.